Branding emocional para conectar con el usuario

Lo que más vende es la emoción. Esta es una afirmación que hoy en día está más vigente que nunca, y que las grandes marcas están aprovechando, desarrollando todas sus campañas a través del branding emocional. Puedes tener entre las manos un producto, genial, perfecto, pero si no sabes empatizar con aquellas personas que lo necesitan, no tendrás a quién venderlo.

Qué queremos decir cuando hablamos de branding emocional

Parece que al usar palabras extranjeras estamos recurriendo a técnicas innovadoras, que nunca se han aplicado y que van a ser la llave para venderlo todo y nada más lejos de la realidad.

Este tipo de marketing es el que lleva haciéndose en publicidad desde mucho antes de saber ni siquiera qué era eso. Desde siempre, las marcas han buscado esa conexión emocional con el consumidor que les permita gozar de su apego: porque todos sabemos que un cliente fiel es el mejor vendedor de una marca.

El branding es la técnica que permite al consumidor asociar a una marca con los valores, con las bondades de sus productos. Cuando le añades el apellido ‘emocional’ entonces esa asociación es sentimental: quieres demostrar que tu marca tiene alma, que empatiza y que estará ahí para echar una mano cuando sea necesario. Esos sentimientos positivos se pasan a los productos que vende la marca y, de ahí, al crecimiento de las ventas y los mayores beneficios. Porque siempre preferirás trabajar con una marca que sea apreciada socialmente de manera positiva que si no es así.

Otra de las ventajas del uso de este tipo de branding es la de lograr la confianza de los consumidores, un vínculo que es difícil que se rompa. El consumidor acabará contándoles a las personas más cercanas por qué usa esa marca en vez de otra, alabando sus virtudes y escondiendo sus defectos, y se convertirá en el mejor embajador que la marca podría encontrar.

El objetivo último del emotional branding es el de conectar con los consumidores y llegar a enamorarles, viéndoles no solo como clientes sino como personas. En Pandemonium conjugamos diferentes estrategias de Branding para ayudarte siempre con las mejor opciones.

Quiero emocionar como estrategia de marca

Para poder construir una imagen de marca que emocione al consumidor debemos asegurar que tanto el mensaje que damos como la narrativa que utilizamos para difundirlo apelen a las emociones positivas del receptor.

Otro factor que influye es el uso del color. A través de ellos podemos transmitir sensaciones, emociones y percepciones, por eso hay toda una legión de profesionales que estudian cuál debería ser el color corporativo de una marca antes de lanzarla al mercado. Simplemente observando los anuncios que vemos ahora mismo en las calles podemos percatarnos de que cada empresa utiliza un color distinto del de la competencia y que, a través de él, transmite unos valores diferenciadores de su marca.

Pero, sin duda, la parte más importante es la de la relación que se construye entre el consumidor y la marca, que debe ser personalizada para cada uno de los clientes, basándose entre otros recursos:

Mensajes directos, sin artificios literarios.

– La venta no solo del producto que están poniendo en el mercado, sino de la experiencia que podrás vivir al consumirlo.

– No se hace hincapié en el precio, sino en la calidad y el valor del producto.

– La publicidad convencional no es más que un apoyo para sus grandes ideas, que lanzan en formatos muy distintos a los que estamos acostumbrados los consumidores: street marketing, experiencias, conciertos…

Como ves, trabajar el branding emocional no es sencillo ni tampoco es que las marcas puedan llegar a dar esa imagen con una sola campaña. Este es el fruto de ofrecer a los consumidores experiencias y no solo productos; calidad y confianza para empatizar con ellos; de realizar campañas que vayan enfocadas a lograr el «enamoramiento» de los clientes.